Los retos no son para probar que eres un(a) crack
En realidad, son para incrementar tus estados de flow
“¡Salte de tu zona de confort!” es el mayor lugar común en cualquier texto de crecimiento. No es que esté en desacuerdo con la idea de dejar la famosa zona de confort para entrar a la zona de crecimiento, sino que prefiero el enfoque en que no solo se trata de “incomodarte”, sino que se trata, sobre todo, de “retarte con intención y significado” .
Hace unos meses, diseñando el programa Wealth X en conjunto con Javier Morodo, incorporamos en el framework –por idea suya– la definición de un reto al año como uno de los elementos transformacionales que todos deberíamos tener en nuestra planeación anual: una forma práctica de retarnos de manera recurrente e intencional.
Yo no lo había incorporado en mi vida de manera intencional, pero el año pasado me puse como reto correr mi primer 21k como parte del festejo por mis 40 años –dirán algunos que más bien como parte de la crisis de la mediana edad–. El punto es que aun en mis 20’s me sentía incapaz de correr más de 5 kilómetros sin sentirme miserable en cada metro adicional. Así que el reto no era correr 21 kilómetros. En realidad, el reto era lograr correrlos pero de tal forma que lo hiciera en total disfrute. Lo logré y hace unos meses escribí sobre mi experiencia.
El verdadero logro fue transformar la creencia de “yo no soy corredora” en una vivencia de disfrute y expansión; en un verdadero estado de flow.
El poder de un reto no es demostrar lo que puedes lograr, sino demostrarte que eres más de lo que pensabas. Y ese descubrimiento sólo se desenmascara si nos damos la oportunidad de retarnos.
Mihály Csíkszentmihályi, autor de Flow y a quien últimamente he citado mucho, define el flow como “el estado en el que las personas están tan inmersas en una actividad que nada más parece importar”. Dicho de otro modo, es ese estado de plenitud en el que logré estar la mayoría de los kilómetros de mi 21k después de varios meses de entrenar para que mi cuerpo incrementara sus capacidades y pudiera entonces alcanzar ese balance entre capacidad y reto. El resulado: me convertí en más, no sólo hice más.
El “buen Mihály” –como yo le digo para evitar su apellido impronunciable– decía que para que una persona entre en este estado de plenitud, debe enfrentar un desafío lo suficientemente complejo como para empujar sus habilidades al límite, pero no tan difícil como para volverse frustrante. Además, en la medida en que esa persona empuja esos límites puede, entonces, enfrentar desafíos cada vez más complejos. Tal como pasa cuando entrenas para una carrera.
Los mejores retos le sirven al ser, no al ego
Me pareció súper relevante la idea de Javier de impulsarnos personalmente a proponernos un reto al año. Me pareció, además, una herramienta fundamental de crecimiento. Pero hay que entender lo que es un verdadero reto.
No se trata de vivir en estrés constante ni de convertir nuestra existencia en una escalada sin fin. Se trata de vivir en expansión. Si no nos forzamos a tener retos nuevos, corremos el riesgo de no alcanzar nuestro potencial. Pero, por otro lado, si no entendemos que un verdadero reto no es una prueba de ego, corremos el riesgo de convertirnos en esas personas que sobre-cumplen metas y expectativas vacías o ajenas.
Un verdadero reto está en ese umbral entre lo que eres y lo que puedes ser. Es eso donde está el verdadero Trabajo para crecer. Y justo ahí, en esa franja fina de incomodidad intencionada, se da la magia.
Un reto tuyo al año como práctica de expansión
Y enfatizo la palabra “tuyo”: los retos son personalizados. Cada quien tenemos un umbral único entre lo que somos y lo que podemos ser; ese umbral que al expandirlo abrimos la posibilidad de más flow en retos más complejos. Esa expansión que nos hace ser más.
Cada quien sabe lo que verdaderamente le reta. Para algunos será correr 10k; para otros, hacer un Iron Man. El secreto es llevarnos a ese umbral de máximo flow sin entrar en la zona de ansiedad extrema en la que el reto sea muy superior a las habilidades, como se puede ver en el gráfico que plantea el buen Mihály en su libro Flow:
Esto quiere decir que los retos no tienen que ser radicales, y mucho menos una copia de aquellos que se ponen en tendencia en las redes sociales. Sino que tienen que movernos –por ejemplo, de un estado de flow a la zona A3 para que eventualmente, al estirar el límite, podamos entrar otra vez al estado de flow en un nuevo y más alto nivel de reto [ver Gráfico].
En mi caso, estuve en esa zona A3 durante mi entrenamiento para el 21 k y llegué a la carrera en un estado de flow convertida en una corredora más capaz que antes. Así de simple es la mecánica del reto para el crecimiento.
Repito: no todos los retos tienen que ser radicales, pero sí tienen que mover algo, estirar nuestros límites, cruzar ese umbral con amabilidad y sin ir a un extremo que puede ser incluso improductivo (por ejemplo, el burnout). ¿Cómo reconocer ese umbral? Una buena pista es preguntarnos:
¿Qué me encantaría poder hacer pero que creo que no puedo hacer?
Si realmente “te encantaría” es porque en el fondo sabes que puedes hacerlo. El común denominador de los retos más significativos y personalizados: romper esas creencias.
¿Cuál fue tu último reto real? ¿Y cuál será el siguiente?
Quizás no necesites correr un maratón. Quizás tu reto es tener una conversación incómoda. Escribir ese proyecto. Hacer pausa. Decir que no. Lo importante no es el tamaño del reto, sino el lugar interno desde el cual lo eliges.
Quizás lo que más nos asusta de los retos no es fracasar, sino darnos cuenta de todo lo que podríamos ser si nos tomáramos en serio: la grandeza viene con responsabilidades. Sin embargo, venimos a ser lo más grandes que podamos. Venimos a ser seres expansivos y ese es el propósito último de todo ser humano.
Así que a retarnos de forma recurrente e intencional.
¿Cuándo fue la última vez que rompiste tus límites? ¿Cuál y cómo será la siguiente? Yo ya tengo mi respuesta, mi reto para este año. Pronto lo compartiré.
If you care, share :)
Gracias por leer Viernes sin Máscaras. Si te gustó este post y crees que puede ayudar a alguien a comprender algo o, al menos, a pasar un buen rato, compártelo en tus redes sociales o en tus canales de preferencia.
Si mis ideas te resuenan, sígueme
Aquí en Substack, pero también en Instagram en soyanacrisotero.
Muchas gracias, me encanta el reto con ese enfoque, voy a escogerlo!